Repensar Berluscolandia: Porno-fascismo y espectáculo
junio 8, 2009 § 1 comentario

Imágenes publicadas por El Pais de Villa Certosa
Hoy -tras la victoria de la nueva derecha en las elecciones europeas-, el diario español El Pais, publica un artículo sobre Villa Certosa dentro de la guerra que ha establecido contra Silvio Berlusconi -y su monopolio mediático. El diario, en la tónica de sus anteriores columnas -recordemos la que recientemente escribió Saramago sobre la cosa-Berlusconi-, continúa con la estrategia ya clásica -dentro de una parte de la izquierda- de desenmascaramiento de las contradiciones -morales en este caso- de un regimen fascista como el de Silvio Berlusconi. Un Berlusconi que ya hace mucho tiempo que se mueve en un terreno más allá del bien y del mal. Creo que es hora de reflexionar sobre esta estrategia política y mediática que cada vez se muestra más agotada -y de la que también son participes muchos movimientos sociales y no solo la izquierda más tibia, más manoseada, mas caduca como puede ser la de El Pais y su partido, el PSOE. También es tiempo de repensar que es aquello que llamamos fascismo y como funciona hoy. Este artículo del diario, el resultado de las elecciones y el rumbo que esta tomando la política en Europa debe advertirnos sobre ello.
Cuando uno lee los comentarios al artículo o comenta el caso con algunos conocidos no es rara la respuesta que proclama «me gustaría ser como Berlusconi» o el más ligero «¡como se lo monta el Berlusco!» ya sea dentro de una perspectiva cínica u otra más sincera -no por ello menos tenebrosa. No es de extrañar, las imagenes de villa certosa nos muestran preciosas mujeres desnudas sumergidas en un paraiso kitsch -con una estética sincrética que combina la arquitectura a lo james bond con discotecas que llevan por nombre «harem»- a plena disposición de elegantes caballeros -traje, jerseys negros de cuello vuelto- repletos de dinero y de poder. La apoteosis del «nuevo sujeto hegemónico, un cuerpo (a menudo codificado como masculino, blanco, heterosexual) farmacopornograficamente suplementado (por el Viagra, la cocaina, la pornografía, etc.) consumidor de servicios sexuales pauperizados (a menudo ejercidos por cuerpos codificados como femeninos, infantiles, racializados)» (Beatriz Preciado, Testo Yonqui: 42). Silvio Berlusconi reune todos los ingredientes: Prueba 1. Sus periodicos presumen del inminente ataque al corazón que sufrirá por consumir tanta viagra. Prueba 2. El propio gobierno Berlusconi compuesto por hombres con traje y velinas -«mujeres florero» sacadas de televisión-. Prueba 3. El seudonimo de «papi» que muchas jovenes italianas -buscando librarse de la miseria como azafatas de televisión- han adoptado para referirse a Silvio, entre ellas la joven de 18 años que ha protagonizado el último escandalo sexual de este -y que por supuesto fue a votar en mercedes y con el colegio electoral cerrado para ella sola. Claro, que hay muchas más pruebas.

Saló: fascismo, sexo, poder y muerte.
En el gobierno italiano encontramos así una de las características fundamentales de lo que Umberto Eco llamaba Ur-fascismo -fascismo eterno. La «Transferencia de la voluntad de poder a cuestiones sexuales. Machismo, odio al sexo no conformista. Transferencia del sexo al juego de las armas que son su Ersatz fálico». En el caso de Villa Certosa vemos expuestos como nunca esta alianza entre sexo -o lo que el regimen heterosexista (no encuentro un nombre mejor) tardio entiende por tal- y poder -en su acepción de dominación. Ser el más poderoso significa ser el que folla mejor y con las mejores -importante el «las», femenino y plural. Esto es: tener la polla más larga.
La crítica, y este es uno de los errores de El Pais, no debe recaer -al menos, no unicamente ni principalmente- del lado moral -o doble-moral de Berlusconi- sino que debe recorrer otros senderos. Despues de todo y en cierta manera el régimen porno-fascista italiano no es sino -en parte- el resultado de movimientos por la liberación sexual -y sus capturas y contrarevoluciones posteriores. Ya estamos lejos de esa moral -gracias a Dios- o incluso de la moral -en términos absolutos. Una crítica que vaya por ese camino posiblemente poseerá toques reaccionarios. No es mi intención adentrarme en esta breve entrada de blog en posibles caminos, quizá un punto de partida sea la crítica a la construcción del sujeto como sujeto netamente sexual -problema que gente como Michel Foucault (Historia de la sexualidad) o Jean Baudrillard (De la seducción) ya consideraron- cuya solución a todos sus problemas pasa por follar -más en el caso de los hombres y mejor en el caso de las mujeres. Otro punto de partida puede que sea las cuestiones de genero que rodean a Villa Certosa -o al gobierno Berlusconi: hombres de negocios con corbata y cachondas de television- aunque quizá no abarque con toda profundidad el problema -al utilizar unas categorías dicotómicas que fueron en parte uno de los errores de la generación femninista de los 70’s. Todo ello pasando por supuesto en que «revelar nuestra condición de trabajadores/consumidores farmacopornográficos es la condición de posibilidad de toda teoría crítica contemporanea» (Beatriz Preciado, Testo Yonqui: 43).

Ur-Fascismo
Llama también la atención en toda esta guerra mediática el tremendo parecido entre el estilo de Berlusconi y aquel futurista-filofascista. Principalmente por dos características: a) El hincapie en la acción frente a la teoría con un acento radical mente anti-intelectualista. Umberto Eco, en referencia al ur-fascismo: «Pensar es una forma de castración. Es necesario un culto a la acción-por-la-acción». No en vano, Licio Gelli -gran maestre de Propaganda Due, el brazo paramilitar anticomunista que el gobierno de EEUU y el MI6 dirigieron en Europa con casos como el de Gladio y del que también participó Silvio Berlusconi- declaraba que este era fundamentalmente un poderoso hombre de acción y como tal estaba llevando al pie de la letra el plan de renacimiento que originalmente habían orquestado en Propaganda Due para el establecimiento de un regimen autoritario en Italia -regimen por otro lado ya totalmente visible. b) De nuevo haciendo referencia a Eco, la sustitución de la ideología o la filosofía por la retórica. En unas declaraciones públicas de hace un par de años Berlusconi hablaba del regimen comunista chino como un pais en «donde se comían a los niños recien nacidos para desayunar» posteriormente para rectificar ante un periodista afirmaba entre risas «realmente lo que hacen con los niños es utilizarlos como fertilizante para sus campos». Retórica mezclada con ironía: muy poco correcto politicamente todo ello -también muy poco gracioso.
El hincapie que suelen hacer los medios que se oponen al espectáculo-berlusconi -como El Pais- recae en el caracter poco político -salido de tono y esperténtico- de las declaraciones de este, también en su apariencia retórica y espectácular, poco propio de lo que se considera una política correcta y transparente. A todo ello hay que sumar la crítica al monopolio mediático que posee papi Berlusconi. Monopolio al que por otra parte aspira el grupo prisa -al que pertenece El Pais- y que lo enfrenta en el plano político-mediático a otro gran bloque -ligado a las derechas- dentro del panorama español.

Narrativización de la política
Hace unos días hablaba de como la política ha entrado ya hace tiempo en el plano de la narración y del espectáculo. En ese caso lo hacía en cuanto a Barack Obama. Y es que es capital entender este caracter de la política contemporanea para cualquier proyecto de liberación hoy. La crítica no se puede fundamentar en lo espectacular de la imagen política. Sino más bien aprovechar la posibilidad performativa de esta imagen. Así, dentro de esta perspectiva, destacar el caracter no participativo de los medios-Berlusconi -tampoco de los medios-prisa. La solución no pasa entonces por una desestetización de la política -¿es ya imaginable esta posibilidad?- sino por una profundización democrática -radical- en los mecanismos de producción -y reproducción- de la imagen.
Por otro lado el problema de la retórica es el problema de la seducción. Baudrillard nos advertía sobre como la seducción destruía cualquier posibilidad de sentido, como este se disolvía en la retórica. Retórica=poca transparencia. Un problema que por otro lado viene de antaño y caracterizó a parte de las discusiones de la filosofía griega -Platón por ejemplo. En Lógica del sentido, Gilles Deleuze, nos ofrece otra vía para analizar la seducción, no como aquello que suprime el sentido sino como aquello que lo crea -incluso lo impone, en términos Nietzscheanos-, siendo este algo que siempre está ahí afuera. Para él era fundamental una crítica al plano de representación abierto por Platón -con un modelo original. Puede que esta sea una buena vía para analizar el problema, desde luego que mucho más efectiva que aquella de la izquierda clásica -que impregna los medios de contrainformación- y que se basa en desvelar la verdad sobre los asuntos.
De hecho, puede que la seducción sea la única alternativa política a la violencia, en una sociedad en que el proyecto humanista ha demostrado sus -grandes- deficiencias y la guerra civil se presenta como estatuto ontológico de lo social. Ahora bien -por si no lo tenemos claro-, el estilo de Berlusconi está mucho más cerca de la violencia que de la seducción.