Y bien, ¡la guerra!

noviembre 26, 2015 § Deja un comentario

En todo hay que comenzar por los principios. La acción justa se sigue de ellos.

Cuando una civilización está arruinada, le hace falta reventar. No se hace la limpieza en una casa que se derrumba.

Los objetivos no hacen falta, el nihilismo no es nada. Los medios están fuera de duda, la impotencia no tiene excusa. El valor de los medios se relaciona con su fin.

Todo lo que es, es bueno. El mundo de las quelipot, el Espectáculo, es completamente malo. El mal no es una sustancia, si lo fuera sería bueno. El misterio de la efectividad del mal se resuelve en el hecho de que el mal no es, pero que es una nada activa.

El mal radica en no distinguirlo del bien. La indistinción es su reino, la indiferencia su poder. Los hombres no aman el mal, aman el bien que hay en él.

En el Tiqqun, el ser regresa al ser, la nada a la nada. El cumplimiento de la Justicia es su abolición.
La historia no ha terminado, para hacerlo requeriría nuestra aprobación.

Un solo hombre libre basta para probar que la libertad no ha muerto.

La cuestión jamás es “vivir con su tiempo”, sino a favor o en contra de él. Eso no depende.

Todo lo que se jacta de ser un avance temporal admite con eso mismo que no está por encima del tiempo.

Lo nuevo no es más que la coartada de lo mediocre. Hasta ahora, el progreso sólo ha designado un determinado incremento en lo insignificante. Lo esencial se ha quedado en la infancia. Los hombres se han envuelto de costumbres, pero aún no las han pensado. Ésta es una negligencia de la cual ya no tienen los medios. En este punto, la historia comienza.

Las catástrofes de la historia no demuestran nada en contra del bien. No son los movimientos revolucionarios los que han suspendido “el curso normal de las cosas”. Invirtamos. Es este curso ordinario el que es la suspensión del bien. En su encadenamiento, los movimientos revolucionarios componen la tradición del bien, o hasta ahora: la tradición de los vencidos. La nuestra.

Toda la historia pasada se resume en la figura de que una gran ciudad fue asediada por reyezuelos. Inexpugnable, el resto permanece.

Absolutamente antes del tiempo está el sentido.

Hay un reloj que no suena. Suya es la realeza.

Es preciso actuar como si fuéramos hijos de nadie. Su filiación verdadera no les está dada a los hombres. Ésta es la constelación de la historia que conseguirán reapropiarse. Es conveniente tener un panteón. No todos los panteones se encuentran al final de una calle Soufflot.

Los lugares comunes son la cosa más bella del mundo. Hay que repetirse. La verdad siempre ha dicho la misma cosa, de mil maneras distintas. En ocasiones, los lugares comunes tienen el poder de hacer tambalear los mundos. El universo mismo nació de un lugar común.

Este mundo no está adecuadamente descrito porque no está adecuadamente discutido, y viceversa. Nosotros no buscamos un saber que dé cuenta de un estado de hecho, sino un saber que los cree. La crítica no debe temer ni a la pesadez de los fundamentos ni a la gracia de las consecuencias.

Esta época es tan furiosamente metafísica que trabaja incesantemente para olvidarlo.

La Metafísica Crítica: al repelerla, se la abraza.

Algunos han encontrado que la verdad no existe. Son castigados por ello. No escapan de la verdad, y sin embargo la verdad se les escapa. No la entierran, y sin embargo ella los enterrará.

No queremos saber nada de lloriqueos, no le haremos a nadie el favor de una revuelta moderada. Tienen que empezarlo todo de nuevo por ustedes mismos. Este mundo tiene necesidad de verdad, no de consolaciones.

Hay que criticar la dominación, porque la servidumbre domina. Que haya esclavos “felices” no justifica la esclavitud.

Han nacido. Quieren vivir. Y siguen destinos mortales. Alguna vez se cansan y entonces dejan hijos, para que nazcan otros muertos, y otros destinos mortales.

Ha llegado el tiempo de las larvas, las cuales incluso escriben libritos de los que se habla en sus criaderos.

Desde que hay hombres, y desde que éstos leen a Marx, se sabe lo que es la mercancía, pero nunca hasta ahora se ha acabado prácticamente con ella. Algunos, que en otro tiempo ejercieron la profesión de criticarla, incluso anuncian que se trataría de una segunda naturaleza, más bella y legítima que la primera, y que nosotros tendríamos que someternos a su autoridad. Sus metástasis han alcanzado los confines del mundo; sería bueno recordar que un organismo completamente cancerado se derrumba en corto tiempo.

Las alternativas y los litigios antiguos están exhaustos. Nosotros imponemos otros nuevos.
Rechaza los dos lados por igual. No ames más que al resto. Sólo el resto será salvado.

Los hombres son responsables del mundo que no han creado. No se trata de una idea mística, es un dato. Sólo sorprenderá a quien esté preparado para ello.
De ahí la guerra.

El enemigo no tiene la inteligencia de las palabras, el enemigo las pisotea. Las palabras anhelan su lugar.

La felicidad nunca ha sido sinónimo de paz. Es preciso hacerse una idea ofensiva de la felicidad.
La sensibilidad ha sido durante mucho tiempo una mera disposición pasiva al sufrimiento, ahora tiene que devenir el medio mismo del combate. Arte de convertir el sufrimiento en fuerza.

La libertad no tiene nada que ver con la paciencia, más bien es la práctica en acto de la historia. Inversamente, las “liberaciones” no son más que el opio de los malos esclavos. La crítica nace de la libertad, y le da a luz.

Los hombres están más seguros de liberarse cuando se desprenden, que de acceder a la felicidad cuando reciben.

Persigue la libertad, todo lo demás te vendrá con ello. Quien quiera mantenerse a salvo se irá a la ruina.
Al igual que todo aquello cuya existencia debe ser previamente probada, la vida que obedece a este tiempo tiene poquísimo valor.

Un orden antiguo subsiste en apariencia. En realidad, sólo está ahí para ser descrito en todas sus perversiones.

Se dice que no hay punto de peligro en tanto no se produzcan motines; se dice, considerando que no hay desorden material en la superficie de la sociedad, que la revolución está muy lejos de nosotros. Lo que ocurre, realmente, es que las fuerzas aniquiladoras están comprometidas en un camino muy distinto de aquel donde primero se esperaría encontrarlas.

Sepan, jóvenes imbéciles, pequeños hocicones realistas, que hay más cosas en el cielo y sobre la tierra de las que sueñan sus solipsismos inconsecuentes.

Esta sociedad funciona como un llamado incesante a la restricción mental. Sus mejores elementos le son extraños. Éstos se rebelan en su contra. Este mundo gira alrededor de sus márgenes. Su descomposición lo excede. Todo lo que continúa viviendo vive en contra de esta sociedad.

Abandona el barco, no porque se hunda, sino para hacer que se hunda.

Quienes no comprenden hoy tienen ya desplegada toda su fuerza desde ayer, para no comprender. En su fuero interno, el hombre está al tanto del estado del mundo.

Todo se radicaliza. Tanto la estupidez como la inteligencia.

El Tiqqun desprende las líneas de ruptura dentro del universo de lo indiferenciado. El elemento del tiempo se reabsorbe dentro del elemento del sentido. Las formas se animan. Las figuras se encarnan. El mundo es.
Cada nuevo modo del ser arruina el modo del ser precedente, y es sólo entonces, sobre las ruinas del viejo, que el nuevo comienza. Y esto es llamado los “dolores del parto”, a fin de designar un período de grandes tumultos. Parece que el viejo modo del ser será arruinado dentro del mundo, algo que cambiará diversas cosas.

Un día, una sociedad intentó, por medios innumerables y repetidos sin cesar, aniquilar a los más vivos de entre sus hijos. Estos hijos sobrevivieron. Ahora desean la muerte de esta sociedad. No sufren de ningún odio.

Ésta es una guerra que no está precedida por ninguna declaración. Por lo demás, nosotros no la declaramos, la revelamos solamente.

Dos campos. Su desacuerdo yace en la naturaleza de la guerra. El partido de la confusión querría que no hubiera más que un campo. Lleva consigo una paz militar. El Partido Imaginario sabe que el conflicto es padre de todas las cosas. Vive disperso y en exilio. Fuera de la guerra, no es nada. Su guerra es un éxodo, en el que las fuerzas se componen y las armas se descubren.

Deja a este siglo los combates entre espectros. No se batalla contra los ectoplasmas. Se los aparta, para despejar el blanco.

En un mundo de mentira, la mentira no puede ser vencida por su contrario, sino únicamente por un mundo de verdad.

La complacencia engendra odio y resentimiento, la verdad aproxima a los hermanos.

“Nosotros”, en otras palabras nosotros y nuestros hermanos.

La inteligencia tiene que volverse un asunto colectivo.

And the rest is silence.

Original de Tiqqun

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Manifiesto de la Asociación de Astronautas Autónomxs

noviembre 4, 2015 § Deja un comentario

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«¡Este hombre tiene una vida maravillosa! Cuando era niño leía con interés libros e historias sobre astronomía; con su primer dinero compró un telescopio… el nombre de su hija es Astra, el nombre de su hijo es Mercurio. Cada pensamiento, cada paso, manifiesta su aspiración de un viaje interplanetario»

24 de Mayo de 1962: John Glenn, un piloto Estadounidense, se transforma en el segundo norteamericano en órbita. Utiliza casi toda su reserva de combustible para lograr una buena posición desde la cual sacar fotos de la salida solar; al hacer esto recibe serias reprimendas por parte de la NASA.

Las agencias espaciales gubernamentales son incapaces de organizar programas de exploración espacial exitosos. La NASA es un dinosaurio monolítico, dogmática y de mente estrecha y en última medida condenada a la irrelevancia por ser incapaz de formar parte de la evolución humana.

No tiene sentido que un grupo «élite» de Astronautas Autónomos llegue al espacio, nuestras trayectorias deben estar abiertas para todxs.

No poseemos un mapa del futuro que esperamos tomar del estante cuando sea el momento. Tenemos una idea limitada de como se verán las comunidades espaciales en sus comienzos, ni siquiera avizoramos como serán cien años después de haber sido establecidas. Descubrir es generalmente la mejor parte, el gran punto de nuestros juegos. Nos preocupamos por las posibilidades y la experimentación, no nos importa estar en la «línea correcta», o tener razón en retrospectiva.

La dificultad reside en la necesidad de ir más allá de las nociones tradicionales de viaje espacial sin rechazar los conceptos más relevantes. No alcanza con entender que la NASA y sus contrapartes europeas no tienen relación alguna con lo que intentamos alcanzar. Es necesario comprender que cosas han cambiado en los últimos 60 años y que aspectos de su tecnología pueden ser adaptados a la luz de la situación presente.

Las comunidades de gravedad cero están al alcance de la mano, sólo la inercia de la sociedad previene que sean formadas, pero su base ya está creada y nosotrxs desarrollaremos la propulsión necesaria.

La red de grupos de la AAA es un reflejo de este paso. Toda persona que esté leyendo esto puede contribuir. Hemos sido condicionados por la prensa a través de los últimos 70 años para poner nuestras esperanzas en el espacio exterior, pero solo la AAA ha tomado en serio este reto. Como individuos estamos aislados, atomizados. Hemos sido estafados, guiados a que los gobiernos y las fuerzas armadas lleguen al espacio a expensas nuestras. Ocasionalmente ellos nos otorgan pequeños trozos de este viaje, como «vida en Marte» o «hielo en la Luna», pero no desean cambiar la realidad. Resulta evidente que sus intereses están en contraposición con los nuestros. Ahora es el tiempo para todxs, para que todxs lo hagamos por nosotrxs mismxs y por lxs demás.

Cada hombre y cada mujer es un Astronauta Autónomo

Original de la Asociación de Astronautas Autonomos

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